9/7/09

Carta abierta del GND por la propuesta Yasuní ITT




Ecuador, 9 de julio de 2009

Carta abierta a nuestros amig@s y compañer@s:

La propuesta Yasuní ITT ha dado pasos importantes. Paulatinamente es aceptada en el mundo como una propuesta capaz de evidenciar la necesidad de salir del modelo extractivista -primario exportador- y avanzar hacia un modelo de justicia ambiental, en el que primen los derechos de la naturaleza y de los pueblos. Uno de sus mayores logros es la adopción de medidas de restricción a las operaciones petroleras en áreas protegidas y de protección a los pueblos libres en aislamiento voluntario. Para cristalizarla, se han conseguido importantes respaldos internacionales, como el aprobado por el parlamento alemán,cuyo mérito adicional es que deja por fuera los mecanismos de mercado tan cuestionados a nivel internacional.

Paralelamente a esto, Ecuador realizó una auditoria del crédito público,que puso en evidencia el carácter ilegítimo que subyace al sistema de endeudamiento impuesto y a la mayoría de los créditos específicos en los distintos tramos (http://www.auditoriadeuda.org.ec/). Muchos de estos créditos estaban orientados precisamente a afianzar el modelo depredador del cual queremos salir. Esos resultados de la auditoria confluyen con el reclamo social de las deudas histórica, social, de género, ecológica y climática, esta última por la apropiación ilegítima y desproporcionada de la atmósfera y de la capacidad de absorción de carbono del planeta.

Ambas propuestas van de la mano y están estrechamente relacionadas. Ambas son caminos para iniciar una transición a un Ecuador post petrolero (que tampoco podrá ser minero). Incluso van más allá, proponen un planeta que deje atrás las secuelas de una civilización depredadora que tiene en su corazón al petróleo y que acabe con la deuda financiera como instrumento de dominación y control político y económico.

Desde esta urgencia de cambio en función de la vida, el desafío es avanzar a nuevas opciones financieras y nuevas formas de enfrentar la hecatombe climática, con criterios de justicia. En consecuencia nos corresponde ahora:

1. Fortalecer la política nacional y regional de defensa de las áreas protegidas, de las zonas frágiles, de los territorios indígenas, en cabal aplicación de los derechos de la naturaleza, entre ellos el de existir y perdurar.

2. Discutir y definir colectivamente el destino de los fondos que puedan provenir desde iniciativas como la del Yasuní ITT teniendo como horizonte el Sumak Kawsay (Buen Vivir), como esquema alterno al extractivismo.

3. Avanzar a nivel internacional en la construcción de mecanismos para asumir responsabilidades comunes pero diferenciadas, entre los países del norte y del sur, como base justa y efectiva para enfrentar los cambios climáticos.En ese contexto, los ‘canjes de deuda por naturaleza’ no pueden ser una opción de financiamiento para el Yasuní ni para otros proyectos, pues parten en la mayoría de casos de deudas ilegítimas. La deuda bilateral con los gobiernos del Norte, así como el resto de tramos de deuda, ha tenido históricamente vicios que han sido develados por la auditoria de la deuda realizada en Ecuador.

Esta reflexión es por igual válida para otros canjes, por ejemplo para financiar proyectos educativos, pues surgirían de situaciones de ilegalidad e ilegitimidad de la deuda externa, además en muchos casos vinculados a condicionalidades económicas causantes de graves problemas económicos y sociales en nuestros países.

El uso del canje de deuda externa como mecanismo de financiamiento para cualquier tipo de proyecto requiere tener presente un doble riesgo: el de debilitar el criterio de responsabilidad de los países contaminadores, y el de minimizar el reclamo de ilegitimidad de la deuda.

Así también, es fundamental evitar confusiones entre la esencia innovadora de la propuesta Yasuni ITT (contribución solidaria y responsable por la no explotación y represamiento del petróleo en el subsuelo, y por ende no nuevas emisiones de CO2 y protección efectiva de los bosques tropicales), y la visión mercantil de la venta de carbono. Esta vía de mercado, atada a la lógica de la especulación en muchas ocasiones, puede generar derechos empresariales sobre los territorios del Sur, provocando efectos ineficientes e injustos, al no permitir abordar la cuestión de fondo, esto es que la producción y el consumo de petróleo es una de las principales causas de las crisis climáticas.

La propuesta Yasuní ITT, al igual que la demostración de la ilegitimidad de la deuda, han sido pasos importantísimos, no sólo para el Ecuador. Son acciones que contribuyen a mejorar sustantivamente la convivencia en el planeta tierra, por ello nuestra invitación a las organizaciones internacionales a contribuir difundiéndolas y defendiéndolas.


Campaña Amazonía por La vida
Grupo Nacional Contra la Deuda



4/7/09

Endeudamiento Externo de Ecuador:
triste hisotria de atracos

Leonardo Vicuña Izquierdo
 

La Comisión de Investigación de la Deuda Externa Pública de Ecuador terminó su trabajo con estas conclusiones. Denuncia cruda y el juicio espera...

Las políticas de endeudamiento externo público y de pago del servicio son de larga data; además se constituyeron en un verdadero flagelo para la economía y la vida popular.
Han sido un instrumento de enriquecimiento y de acción corrupta del poder subordinado a la banca internacional. 
La organización del Estado y el marco jurídico que determina su funcionamiento fueron planificados para el atraco, a través de la contratación de créditos, renegociaciones, emisión y venta de bonos, y, recientemente, mediante pago anticipado de tramos de deuda. 

La política fue determinada por las multilaterales, alrededor de estos procesos y desde ella el sostenimiento del mecanismo de “ajustes” “estabilizadores” y “estructurales” gravaron la vida popular con los “paquetazos” económicos, retrasaron la economía, asaltaron los recursos petroleros y dineros públicos, liquidaron la soberanía, hicieron desaparecer la moneda nacional, obligaron a gran parte de la población a migración al exterior; en suma, subordinaron al Estado y lo pusieron al servicio de la banca especuladora.


Las Cartas de Intención del FMI, sustituyeron los planes de gobierno.

En los últimos 35 años los especuladores y las mafias financieras, apuntaladas por uno y otro gobierno, endeudaron al país, despilfarraron y atracaron más de $90,000 millones, producto de los créditos externos e ingresos petroleros.

La deuda externa pública creció en 47 veces; desde $229 millones en 1970 a $10,851 millones en el 2005.

La deuda externa privada, que fue asumida por el BCE en 1983, reduciéndose a $85 millones, supera hoy los $7,000 millones, representando un 70% de la pública.

El servicio de la deuda absorbe un 50% de los ingresos corrientes del PGC; en el 2006 fue de $2,850 millones todo lo cual incidió fuertemente en el gasto social, reduciéndolo significativamente y alejó la reactivación productiva.

En términos netos, por ésta vía, el país se convirtió en exportador de capitales.

En efecto, en ese período, canceló por servicio de la deuda $57.1 miles de millones y recibió desembolsos por nuevos créditos por $46.6 miles de millones, lo que arrojó un déficit de $7.3 miles de millones.

La Comisión de Investigación de la Deuda Externa Pública concluyó su trabajo, entre otras, con estas conclusiones. El actual Presidente tiene en sus manos el informe. Analizó los distintos procesos que dieron lugar a este descalabro, cuyos efectos nocivos hasta el momento los sufre la población.

Entre ellos, el endeudamiento “agresivo” de la dictadura militar del triunvirato de Poveda Burbano, Durán Arcentales y Leoro Franco, que inauguró este perverso proceso; la “sucretización” de la deuda externa privada en el gobierno de Oswaldo Hurtado, con el que se libera a la gran banca, poderosas empresas y personas, de sus deudas, obligando al BCE a que asuma unos $1,488 millones; la ampliación de la misma en el gobierno de León Febres Cordero, en el que además se facilitó la entrega de dinero del BCE a los financistas para recomprar papeles de deuda a precios bajos y devolverles el 100% de su valor nominal, en lo que se llamó, “reconversión de deuda”.
En el gobierno de Rodrigo Borja se coronó el proceso de sucretización, dos días antes de terminar su mandato emite un bono por 1billón 3.354.212 millones de sucres al 1% y 100 años plazo, para la liquidación de las pérdidas registradas en el proceso y se crearon las condiciones para renunciar a la prescripción de la deuda con la banca privada internacional, lo que debió ocurrir en diciembre de 1992.
Sixto Durán Ballén y Alberto Dahik convalidan la deuda con la banca privada y la convierten en Bonos Brady, favoreciendo a los acreedores con el Convenio de Garantía de Depósitos (Tolling Agreement).
Con Jamil Mahuad sobrevino la fraudulenta quiebra bancaria y el multimillonario salvataje estatal y la mañosa creación de la AGD, en el marco del llamado “atraco del siglo”.
Más adelante se impuso la dolarización, extensión del atraco, y luego la renegociación de Jorge Gallardo en el gobierno de Gustavo Noboa, proceso en el cual se revalorizó en un 40% la deuda en bonos Brady y se crearon los bonos Global, con los que se reconoció hasta el 12% de interés.







Con el gobierno de Alfredo Palacio se inician dudosos procesos de inversión y venta de bonos; y luego, de recompra anticipada de los bonos Global.

Todo esto paralelo con mayor endeudamiento. ¡Triste historia de atracos!


 
Leonardo Vicuña Izquierdo

Profesor universitario. Economista político ecuatoriano. Autor de varias obras y editorialista de algunos medios.