17/9/09

Deuda: No hay salidas simples

Magdalena León T.

¿Quién no tiene o ha tenido una deuda? Aunque es operación corriente, casi nunca funciona según la versión más simple, o sea recibir un dinero con el compromiso de pagar un interés y devolver el capital en un plazo determinado, o bien recibir un bien o un servicio que se paga después, también con un interés añadido. Este esquema básico se complejiza por una serie de elementos ‘técnicos’ y de los otros, más aún en el marco de un sistema financiero intrínsecamente especulador y fraudulento que se ha desnudado con el estallido de la crisis. Una deuda puede comprometer proyectos de vida, no sólo cuando hay dificultades para el pago, sino por los mecanismos que inducen al endeudamiento y orientan el uso de esos recursos: para automóviles y no para producción, para consumo suntuario pero no para necesidades básicas y emergencias.

La deuda de los países tiene algunas semejanzas, pero dista mucho de ser lo mismo pero en más grande. Aquí se anudan elementos financieros, económicos y geopolíticos. Convergen múltiples actores, mecanismos, intereses. En la fase neoliberal la deuda dejó de ser –si alguna vez fue sólo eso- medio para obtener financiamiento, sea paracubrir déficit o para realizar inversiones. Pasó a ser un medio para extraer recursos públicos y concentrarlos en manos privadas nacionales e internacionales, para saquear, para imponer políticas,condiciones, agendas en todos los ámbitos.

Si algo marca la realidad y las respuestas sobre este tema es la complejidad. La auditoria nacional realizada en 2008 –pionera en la región- juntó elementos ya conocidos en sus tendencias generales y los profundizó, añadió nuevas evidencias y más argumentos para mostrar que la deuda es un problema sistémico, con muchos entramados. Siendo así, la salida, la solución, la estrategia necesariamente deben tener igual carácter.

Esta constatación se confirma si se consideran las reacciones ya vistas del ‘sistema internacional’ ante episodios de moratoria. En esas arenas del poder mundial dos sencillas palabras se tornan extremadamente complejas: no pago. Esa sencilla verdad respaldada en hechos y ética no cae por su propio peso, ni siquiera en estos tiempos de relativo descrédito de ese sistema financiero especulador y fraudulento.

Así, una estrategia compleja supone contemplar herramientas convencionales y nuevas, conjugar alivio, moratoria, impugnación,judicialización. Implica impulsar la continuidad de la auditoria y su inicio en otros países, para sumar fuerzas y encarar juntos a esos poderes, para que el no pago se torne viable, se consagre como medida soberana incuestionable.

En breve el gobierno revelará su propuesta de ‘solución definitiva’ para los bonos Global 2012 y 2030, como primer paso de una estrategia integral hacia una salida digna y soberana al problema de la deuda. Esa es sólo una porción de la deuda, pero quizá la más plagada de ilegalidad e ilegitimidad: deuda ‘mutante’, contratada en principio con la banca comercial, convertida luego en bonos Brady y más tarde en bonos Global.

Este es un tema de país donde caben tareas al gobierno y a la sociedad, en una conjugación como la que ya ha hizo posible la realización de la auditoria, y que es fundamental para el logro de una estrategia que no será de corto aliento.

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